Se ha libertado un animal increíble
una bestia feroz
de cinco extremidades
se lo ha visto con ellas
digito-punzando las teclas / dando
ánima al fuelle / que
respira hondo / se opone
al desaliento del que se quedó
esperando un episodio de amor
le hace saber que no está solo en ese idilio
y le da voz a una tragedia / letra necesaria
que usted agradecerá porque de otro modo le faltarían
palabras / acaso vivencias / le harían falta
promesas al oído / bocaditos
de futuras traiciones
el lenguaje que sólo la bestia y el fuelle
pueden pronunciar en una permanente sombra / en
una tristeza permanente
es según parece la expresión más clara / la
cristalización de la decadencia
sólo ellos son capaces / y en ésto somos categóricos / de
arrimar aunque sea un caricia
arrugada y sucia / amarilla
por los años y la sífilis
a la marea de palabras e intentos
de señas y confidencias tardías
que nacen a la vez y se anulan / crecen
proliferan / son desoidas / ignotas y tristes
como triste es su esperanza.
Nada puede hacer la bestia aunque es libre
al ser testigo de la entrega y el despojo
su libertad no le sirve porque no le pertenece
y esa es su mayor desgracia
sería necesario abandonar la prudencia
sería prudente abandonarla.
¿Cuál es, señor, la libertad que anda buscando
en una calle empedrada / en una esquina que alumbra
un pálido farol?
Nada puede hacer la bestia
condenada a ser libre
a digito-punzar las teclas para que suspire el fuelle
y un compás milonguero anude
a Sartre y Discepolin.
No hay comentarios:
Publicar un comentario